Capítulo 2: "Adios hogar... adios" {2ª Parte}

El sonido estridente del timbre del instituto, el cual se podía oír a lo largo y ancho de todo aquel barrio, indicaba la entrada o salida de los alumnos. Boquiabierta ante las inmensas puertas del centro educativo, dí un paso al frente cuando una marabunta de monstruo-alumnos y algún que otro normi, se me abalanzaron por detrás rumbo a sus respectivas clases. Entre empujones y más empujones, la carpeta que sujetaba con las manos terminó cayendo al suelo desparramandose, con el golpe, todos los papeles e informes que contenía y los cuales debía acompañar con mi inscripción.
- ¡Nooo.. ! - contuve el grito mientras me agachaba rápidamente a recogerlos.

Estando en cuclillas y entretenida en reorganizar de nuevo los documentos, una estraña figura se paró junto a mi - ¿Necesitas ayuda?
Al escuchar esas palabras de compasión, alcé la mirada y pude observar a una peculiar chica de ojos grandes, pelo bicolor y con una amplia sonrisa que me extendía la mano para ayudarme a levantarme. Se la tomé sin preámbulos y le devolví la sonrisa a la vez que me alzaba del suelo.
- ¡Oh! Gracias...
- ¡De nada! - exclamó - Me llamo Frankie Stein y es mi segundo año en Merston High

Mientras se presentaba miré fijamente su rostro, tenía algo distinto que no lograba averiguar. En ese momento, se hizo el silencio y observé como aquella chica me miraba esperando alguna respuesta.
- Yo... soy Eruanne. Este es mi primer año en este intituto y en la ciudad. Acabo de... mudarme -terminé dudosa.
- ¿Eres nueva en Monstruópolis?
- Si... aparecí aqui hace un momento
- ¿Apareciste? - preguntó mientras levantaba una ceja algo confundida.

Tras ver su reacción, decidí cambiar drásticamente de tema.
- ¿Entramos al instituto? Necesito entregar unos papeles para concluir mi inscripción -sonreí.
- ¡Oh! claro, claro... Sígueme. Yo te llevaré a registros - me cogió de la mano y juntas entramos en aquel gigantesto y lúgrube lugar.

Pasillo a la derecha, pasillo a la izquierda... Aquello parecía un laberinto. Al cabo de unos minutos andando y tras no saber ni dónde me encontraba por culpa de los idénticos pasillos por los que cruzamos, paramos frente a una pequeña, vieja y arañada puerta.
- Es aqui - dijo señalando con la mano - ¿Quieres que entre contigo? Esas moiras, en ocasiones ni se aclaran entre ellas -dijo con mofa.

Asentí con la cabeza, coloqué mi mano sobre el pomo de la puerta y sin girarlo, ésta se abrió. Desde el interior, unas risas inquietantes me daban la bienvenida...
- Adelante Eruanne... - comenzó a decir una de ellas - te estabamos esperando - concluyó otra. 

Me aferré con fuerza a la carpeta que llevaba entre las manos y me acerqué al mostrador. Frankie me siguió de cerca y se situó a mi lado. En un principio no había nadie al otro lado de aquella oscura y carcomida ventanilla, pero en menos de una milésima de segundo y sin saber bien de dónde provenían, aparecieron tres ancianas, cada cual más misteriora que las otras dos.
- Tu expediente no precisa de más acreditaciones - expresó la primera.
- No pierdas más el tiempo y corre a tu clase - siguió hablando la segunda.
- ¿Mi cla... clase? - tartamudee presa del miedo y los nervios ante aquella incómoda situación.
- Nena, sube las escaleras del fondo, pasillo de la derecha... última aula. 
- ¡Chispas, eso es genial! Estas en mi misma clase - exclamó entusiasmada Frankie.


Nuevamente y sin previo aviso, las tres viejas desaparecieron entre carcajadas escalofriantes.


Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario