El relato que se narra a continuación es totalmente real... nada de simulaciones o cuentos de miedo para asustaros. Es una experiencia personal que deseo compartir con vosotros.
¿Nunca os ha dado un escalofrío de improviso y sin explicación alguna? Pues según cuentan, se trata de almas errantes que vagan sin rumbo fijo a nuestro alrededor y al traspasar nuestro cuerpo, nos producen esos leves calambres producidos por el frío que desprenden.
Uno de esos breves contactos con fantasmas sucedió en las navidades pasadas...
Me encontraba en casa de mi pareja, bueno... en la de sus padres. Estaba con él viendo la televisión en el salón cuando, de repente una leve brisa se encontró con mi cara y pareció atravesarla. Un escalofrío recorrió el resto de mi cuerpo al comprobar que las ventanas estaban cerradas.
Miré de inmediato a mi chico y le conté lo sucedido. Estaba nerviosa, jamás antes había sido atravesada por un espíritu...¡por la cara! La sensación fue extraña, como si me marease por una milésima de segundo.
Una vez que todo había pasado, sólo se me ocurrió pensar en... ¿a qué huelen los fantasmas? Sinceramente, a nada.
¿Escalofriante verdad?
Si te sientes identificado/a con lo relatado y deseas dar a conocer tu experiencia con el Más Allá, no dudes en escribir a thelordoftherings@hotmail.es
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